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Más que una estrategia para aprovechar el tiempo libre y la formación de artistas, ha sido un proceso de reivindicación de la narración oral que reúne a profesionales con una visión humanista, como ha sido el propósito de este espacio que, por su trayectoria y calidad, se ha consolidado y ha sido reconocido en la Universidad y en espacios culturales de Medellín.

 

  • La historia de El Cuentacho UNAL inició en la Plazoleta del Ajedrez. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

    La historia de El Cuentacho UNAL inició en la Plazoleta del Ajedrez. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

  • Jorge Ambrosio Villa Zapata, “Jota Villaza”, coordinador del grupo de proyección de Cuentería UNAL de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

    Jorge Ambrosio Villa Zapata, “Jota Villaza”, coordinador del grupo de proyección de Cuentería UNAL de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

  • Durante la trayectoria de El Cuentacho UNAL, este ha divertido al público y lo ha invitado a interactuar. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

    Durante la trayectoria de El Cuentacho UNAL, este ha divertido al público y lo ha invitado a interactuar. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

  • El Cuentacho UNAL ha desarrollado su repertorio con base en el respeto y en la creatividad. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

    El Cuentacho UNAL ha desarrollado su repertorio con base en el respeto y en la creatividad. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

  • Tanto en los 10 años como en los 15 años, El Cuentacho UNAL los celebró con pastel incluido. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

    Tanto en los 10 años como en los 15 años, El Cuentacho UNAL los celebró con pastel incluido. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

  • Durante la pandemia por el Covid-19 se enfrentó a un gran desafío, pero lo pudo sortear y las historias permanecieron. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

    Durante la pandemia por el Covid-19 se enfrentó a un gran desafío, pero lo pudo sortear y las historias permanecieron. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

  • Este año El Cuentacho UNAL celebró sus 15 años. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

    Este año El Cuentacho UNAL celebró sus 15 años. Foto cortesía de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

     

    A partir de una articulación con la Corporación Viva Palabra, el 7 de marzo de 2010 se fundó El Cuentacho UNAL. En aquella época, se hacían talleres de iniciación en el mundo de la cuentería, cuya expresión en la Sede tenía lugar en la Plazoleta del Ajedrez. Antes de que esta actividad surgiera, ya había existido un espacio similar que se denominaba Fahrenheit 451.

    Durante todos estos años, El Cuentacho UNAL ha evolucionado. Ha atravesado retos, siendo, sin duda, el trabajo virtual obligado por la pandemia del Covid-19 el principal de los desafíos, pues nunca se había ensayado cuentería de esa manera, según Jorge Ambrosio Villa Zapata, o Jota Villaza, nombre artístico del coordinador del grupo de proyección de Cuentería UNAL de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín.

    También ha habido momentos a los que se les podría considerar como de gloria. Él recuerda uno con especial cariño: cuando algunos de los estudiantes integrantes de El Cuentacho UNAL trabajaron medio tiempo en el Parque Explora en Monólogos Científicos y, a partir de esa experiencia, el museo interactivo de ciencia contrató a más integrantes del grupo. “Allá estaban matados con el trabajo que desarrollaron los muchachos”, cuenta orgulloso.

    Otro recuerdo suyo es que uno de ellos, cuando ya era egresado, alguna vez le dijo: “Yo he tenido buenos trabajos como ingeniero, pero todos me los he conseguido por ser cuentero, por saber exponer a la comunidad común y corriente —a nosotros los mortales— este tema de la ciencia. Entonces, eso siempre nos parece muy bacano. Descubrimos que ahí había otro potencial, que ahí había otra cosa”.

    La calidad de los integrantes de El Cuentacho UNAL es tal que han participado en concursos de cuentería y son quienes, en varias ocasiones, han ocupado los primeros puestos y han puesto a la Sede como ganadora absoluta. Eso lo han logrado por su interés permanente de mejorar y por la gestión de la cualificación, pues entre sus apuestas ha estado invitar a presentaciones y a talleres a los más importantes cuenteros.

    El cuento se lo han tomado enserio. Han hecho imaginar, a través de los relatos, al público que, a lo largo de 15 años, ha escuchado atento tantas historias en las escaleras del Ágora, los viernes a las 4:00 de la tarde y, en los últimos años, los jueves. Además de ser un proceso para aprender a hacer cuentería, ha sido el escenario para tocar otras fibras y potenciar el ser, como lo demuestra el hecho curioso y contradictorio de que sea frecuente que al grupo lleguen personas introvertidas, según el coordinador del grupo de proyección Cuentería UNAL de Bienestar Universitario.

    Si bien se trata de refinar un talento, no es esa intención el propósito único. Alejandra Morales Carmona, coordinadora del programa de Actividad Lúdico - Cultural de la Sección de Cultura de Bienestar Universitario de la Sede, destaca que “los grupos artísticos institucionales se convierten en esa posibilidad para que ellos y ellas exploren y desarrollen otras habilidades y capacidades, pero también para que se desconecten un poco del mundo académico que también a veces es estresante y fatigante”.

    Paula Andrea Fernández Castaño, estudiante de Ingeniería Física, quien hace parte de El Cuentacho UNAL desde 2021, le han gustado e interesado las artes escénicas y, gracias a la cuentería, descubrió una nueva forma, por eso, desde que ingresó al grupo le pareció una experiencia muy agradable.

    Está de acuerdo con Morales Carmona, al mencionar que para ella “ha significado un ámbito súper importante en mi vida porque siento que un ser humano debe formarse como un ser íntegro, porque la parte artística a veces nos hace mucha falta, pues en cualquiera de sus formas nos enseña a viajar por el propio ser y la cuentería me lo ha permitido. Ha sido una experiencia magnífica que me ha traído alegrías y triunfos”.

    En El Cuentacho UNAL el respeto no ha sido cuento

    La burla, la agresión, el chiste, el racismo, la discriminación, el machismo o la connotación sexual son prácticas que se han generalizado en la sociedad y, de acuerdo con Jota Villaza, son errores en los que es posible caer si no se tiene el respeto ni el tacto. Son, en la actualidad del escenario de El Cuentacho UNAL, inadmisibles.

    Eso es importante, para Morales Carmona, teniendo en cuenta que actualmente la Sección de Cultura de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín tiene una apuesta por visibilizar las diversidades en su pluralidad, en su multiculturalidad, y que todos los espacios sean seguros, algo que va en consonancia con la lógica de los campus sustentables y del cuidado.

    La Universidad, añade, se ha interesado y ocupado por entender las dinámicas de los y las estudiantes, conocer de dónde vienen, cuáles son sus gustos, sus intereses y permitir, a través de la cuentería, narrar esas otras posibilidades y territorios, de incluir la otredad, que también es una premisa que se percibe también en la promoción de la participación del público con su vinculación al repertorio, pues en muchos casos se hacen ejercicios de imaginación y se piden palabras a partir de las cuales cuenteros y cuenteras inventan sus historias que, aunque a veces sean “muy locas, tampoco están tan alejadas de la realidad que habitamos”, menciona ella.

    Esa diversión y enseñanzas de El Cuentacho UNAL han trascendido y han representado un aporte fuera del campus, hay espacios de cuentería de ciudad en los que participan los cuenteros de la Universidad, es un espacio que les permite foguearse en concursos externos con otras personas, lógicas y dinámicas. Eso, además de clave, es necesario, pues Morales Carmona insiste, en que el mundo no solo requiere de gente que se dedique a hacer cosas y a hacerlas muy bien, sino personas con calidad humana, con cercanía, con otras habilidades que permitan dinamizar los procesos de la ciudad. ¡Larga vida a El Cuentacho UNAL!

    (FIN/KGG)

    11 de junio de 2025