Por tener más de 120 años de historia y ser reconocida desde 2023 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, la cerámica del Carmen de Viboral fue el eje de un taller guiado realizado en el municipio, experiencia que destacó el valor y la relevancia de este oficio tradicional y con el que la Red Cultural UNAL cerró su año de actividades.
La cerámica carmelitana tiene denominación de origen, una figura de protección por sus cualidades que, en este caso, hace referencia a la elaboración artesanal con más de dos procesos de quema en horno y pintura a mano con pinceladas iconográficas de la flora, que la han hecho “famosa”, como explica Karen Mejía Echeverri, fundadora de Cerámicas Creare.
La cerámica carmelitana se incluyó, al final del 2023, en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, con aprobación del Consejo Nacional de Patrimonio. El oficio de ceramista se practica desde hace más de 120 años en Carmen de Viboral.
De acuerdo con el sitio web del Instituto de Cultura del municipio, esta larga trayectoria ha hecho posible que “esta tradición impacte significativamente el desarrollo local, las prácticas y la vida comunitaria. Así mismo, esta manifestación cultural ha logrado que los objetos utilitarios sean considerados, a su vez, como objetos de valor artístico”.
Marcas como la de Karen ofrece la posibilidad a las personas para que conozcan el proceso que hay detrás de la creación de una pieza y puedan, incluso, pintarla, como lo vivieron varios miembros de la comunidad universitaria que participaron en un taller guiado y organizado por la Red Cultural.
Una de las asistentes fue la historiadora Astrid Carolina Ochoa Rincón, quien hace parte del equipo de trabajo de la Sección de Gestión Documental de la UNAL Medellín. Para ella, el trabajo realizado desde el nodo Patrimonios dejó enseñanzas como la importancia de hablar del tema en la Sede y de la vinculación con los patrimonios de la ciudad y el departamento. En ese sentido, la actividad de cierre de la Red Cultural “fue una experiencia enriquecedora porque permitió ampliar la mirada e inspirar el trabajo con nuevas ideas para el próximo año”.
Para Lis Johana Tamayo Molina, coordinadora de la Red Cultural, se trató de una actividad para “agradecer a quienes nos permitieron continuar trabajando en red, con quienes hicimos posible este proyecto en la Sede. Fue una experiencia realmente muy bonita, importante y significativa”.
Esta actividad se constituyó como el cierre de año de la Red Cultural UNAL que, durante el 2025, consolidó su grupo de trabajo base, apoyado por la Vicerrectoría y la Secretaría de Sede, lo que según Tamayo Molina posibilitó el acompañamiento a nuevos ejes de trabajo, liderar estrategias transversales y fortalecer la articulación con distintos estamentos y entidades externas, además de formular el proyecto BPUN con fecha final de 2027.
A su vez, destaca, se adelantaron acciones para conectar la vida cultural en la Sede, pero también el sistema cultural de la ciudad a través de los distintos nodos de la Red Cultural que lideraron espacios de formación y de proyección institucional, por ejemplo, a través de un curso sobre patrimonios, talleres sobre diversidades sexuales y de género o la realización de la Cátedra Saberes con Sabor que abordó temáticas como el cuidado, ciudadanía y diversidades, entre otras.
El acompañamiento a las jornadas de horario extendido Noches UNAL, la realización del podcast Forma y contraforma, la articulación de acciones en torno a eventos de ciudad como la Fiesta del Libro y la Cultura y Gira la Lectura en Girardota o con procesos como la Tejeduría territorial, Espiral de la Memoria o Cine al Centro, además de dinamizar exposiciones de la Universidad en diferentes sitios de la ciudad o el espacio expositivo del Bloque 41, fueron otras acciones que se implementaron en el año que está por terminar.
(FIN/KGG)
19 de diciembre de 2025





