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Las Comunidades de Paz del Bajo Atrato nacieron del deseo colectivo de los pobladores de los ríos Salaquí, Truandó, Quiparadó, Domingodó, Curvaradó y Jiguamiandó, de construir una opción de vida en medio del conflicto armado y de resistencia frente al despojo de sus territorios, sin renunciar a la autodeterminación política, organizativa y social de los pueblos asentados en esta región de Colombia.

De acuerdo con el informe general ¡Basta ya! del Centro Nacional de Memoria Histórica, más de cinco millones de personas han sido desplazadas en el contexto del conflicto armado: “En Colombia, el desplazamiento forzado —delito de lesa humanidad— es un fenómeno masivo, sistemático, de larga duración y vinculado en gran medida al control de territorios estratégicos. Esta última característica evidencia que, más allá de la confrontación entre actores armados, existen intereses económicos y políticos que presionan el desalojo de la población civil de sus tierras y territorios”.

El Archivo Comunidades de Paz (ACP) documenta el proceso organizativo y territorial de las personas desplazadas por la guerra en el bajo Atrato —acompañados muy de cerca por la Pastoral Social de la Diócesis de Apartadó, organizaciones nacionales e internacionales—, y la experiencia cotidiana de una población que vive en medio del conflicto armado, en un territorio disputado a sangre y fuego por diversos actores armados legales e ilegales.

El fin del siglo XX fue un período de gran efervescencia organizativa para las comunidades negras e indígenas en el pacífico y Chocó biogeográfico, con el reconocimiento de sus derechos étnico-territoriales en la Constitución Política de Colombia de 1991. Sin embargo, también fue el período de mayor agudización de la disputa armada por este territorio, cuando se evidencia con mayor fuerza la implementación violenta de un modelo de desarrollo extractivo que no reconoce los derechos territoriales y de autonomía de las comunidades.

La arremetida de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU) a las zonas rurales del municipio estuvo acompañada de un bombardeo por parte de la Fuerza Pública a la zona del Río Salaquí el 24 de febrero de 1997, que dio inicio a la “Operación Génesis”.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) produjeron un nuevo desplazamiento masivo hacia el municipio de Mutatá para contener la arremetida conjunta de militares y paramilitares. Sin embargo, al llegar al corregimiento de Pavarandó, Mutatá - Antioquia, el Ejército impidió el paso a las comunidades desplazadas y les propuso construir sus refugios allí, sin establecer cuánto tiempo ni en qué condiciones estarían fuera de sus hogares.

En 1997 más de 6.000 campesinos pertenecientes a 49 comunidades permanecieron durante diecinueve meses hacinados en Pavarandó, decidieron organizarse como Comunidad de Paz San Francisco de Asís. Lo mismo harían los años siguientes las comunidades del río Salaquí y el pueblo de Curvaradó asentados en Riosucio, quienes se organizaron en la Comunidad de paz de Nuestra Señora del Carmen (Salaquí) y la Comunidad de Paz Natividad de María (Curvaradó).

La declaración de una Comunidad de Paz implicaba que las personas se comprometían a no participar de forma directa o indirecta en la guerra, negándose a brindar auxilio a cualquiera de las partes beligerantes y apoyando una salida política y negociada al conflicto armado.

Esta opción organizativa, territorial y política suponía la posibilidad de exigir al Estado colombiano un compromiso decidido para el retorno de las comunidades a sus territorios. Los procesos de retorno, documentados a partir de emotivas cartas de hombres y mujeres que regresan, por fin, a sus tierras, de informes de comisiones de verificación y testimonios personales de acompañantes nacionales e internacionales, se produjeron en medio del conflicto armado y coincidieron con el avance de un proyecto de despojo que articulaba fuerzas militares, paramilitares y empresarios para establecer economías extractivas y megaproyectos productivos.

El Archivo Comunidades de Paz es un testimonio de gran valor histórico de los procesos de resistencia contra el despojo y de los procesos de organización que las comunidades negras defienden como el soporte de sus propias formas de vida.



Marta Domínguez Mejía, profesora de la Universidad de Antioquia
Óscar Calvo Isaza, profesor de la Universidad Nacional de Colombia

El ACP está abierto al público de lunes a jueves en horarios de oficina y puede ser consultado en el Laboratorio de Fuentes Históricas, Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, Universidad Nacional de Colombia – sede Medellín (Bloque 19-103). Teléfonos: +57(4) 4309222 / 4309000 ext. 46274. Dirección: Carrera 65 # 59 A -110, Medellín, Colombia. Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.